Raíces de Xàbia: Luís Cholbi crea un museo que preserva un siglo de tradición agrícola

Echamos la vista atrás y encontramos, en una antigua cuadra, un pequeño rincón lleno de vida. Lejos de ser un simple espacio de almacenamiento, este lugar se ha transformado en un homenaje al esfuerzo y la tradición agraria. Luís Cholbi, un vecino de 90 años, es el artífice de este museo de labranza que dedica a su padre y familia.

Luis en su particular museo

Con gran vitalidad y memoria, Luís guarda y nos narra décadas de experiencias. Entre los últimos 40 – 50 años, este vecino de Xàbia se ha dedicado a reunir y conservar objetos de una época donde la agricultura no solo era un medio de subsistencia, sino un modo de vida.

Este particular museo es mucho más que una colección de herramientas y utensilios. Cada pieza cuenta una historia, cada objeto tiene su lugar en este homenaje vivo al pasado. Entrar en este espacio es un viaje al pasado, un recorrido por la historia de su familia y un tributo a su padre -Pepe Cholbi-, a quien Luís siempre ha recordado con respeto y admiración. «Mi padre sabía hacer de todo. Me enseñó a trabajar la tierra, a cuidar a los animales y a sobrevivir en tiempos difíciles», nos cuenta.

Padre y madre de Luís presiden el museo

Cholbi nos explica la historia de los collares de caballos, «algunos están hechos de esparto y otros de piel, lo que muestran las diferencias sociales de la época. Las familias más pobres los tenían de esparto, mientras que los de piel adornaban los caballos de familias más pudientes». En la exposición vemos la diferencia de los collares de trabajo y de los de paseo, pertenecientes a familias adineradas como la de Catalá Arnauda.

Ulleres de batre y collares de esparto para los caballos

Luís recuerda con nitidez cómo su familia, dedicada al campo y a la ayuda de los vecinos, sobrevivía gracias a la tierra, los animales y al carro que utilizaban para transportar materiales y mercancías. «Llevábamos material de obra con el carro, y cuando la gente iba a la renda, nosotros transportábamos todo su equipaje», explica.

El cambio de los tiempos, sin embargo, lo obligó a dejar la agricultura a los 25 años, cuando los carromatos empezaron a sustituir al carro tradicional y el trabajo en el campo comenzó a caer.

En esta exposición, que ha montado, él mismo, con paciencia y dedicación, encontramos piezas tan fascinantes como ‘les ulleres de batre’, elaboradas con llata de palma, que servían para guiar a los caballos mientras rodaban la noria, evitando que se desviaran. También hay herramientas utilizadas para arar la tierra, de distintos tamaños, o una ‘xabiga’ que servía para atar la paja al carro, un utensilio prácticamente desaparecido en la actualidad.

Algunos de los enseres del museo de Luis Cholbi

Pero no todo son herramientas agrícolas. Entre los objetos más especiales que guarda Luís, destaca una estora (alfombra) de llata de palma hecha por su abuela a finales del siglo XIX, utilizada para recoger la pasa. Este objeto, cargado de valor sentimental, es testigo de una época en la que el trabajo manual y la artesanía eran esenciales para la vida cotidiana.

Mientras recorre su museo particular, Luís nos enseña otros enseres, ahora, desaparecidos: quinqué, antiguos faros de los carros, estevas, tijeras de poda, espardeñas de labrador o antiguos relojes y teléfonos, entre muchos más utensilios.

Luís recuerda con una sonrisa su infancia y juventud, «fueron tiempos bonitos y felices y en los que volvería a vivir de nuevo». Y ahora, en este especial museo, Luis manifiesta la vida rural de antaño, y con el que mantiene vivo los recuerdos y la historia de su legado.