Crecer en vertical o vivir a casi mil metros de altura es la dinámica de muchas de las ciudades y localidades como puede ser Calpe o Benidorm, o cruzando el charco, Nueva York. La escasa superficie urbana para construir invita a masificar, de altas columnas, el terreno municipal.
En Xàbia, desde los años 70, se guarda la esencia tradicional de pueblo. Su modelo urbanístico se basa en viviendas unifamiliares, urbanizaciones de baja densidad y edificios de baja altura, lo que viene a llamarse, crecer en forma horizontal.
Evitar que el litoral de Xàbia se viese como un pequeño Nueva York o Benidorm fue obra del entonces alcalde, Ángel Doménech (1971-1974), quien ante la proyección de construir 10 torres, de 8, 10 y 12 plantas, a primera línea del Arenal, puso límite a las altura de Xàbia. Así lo manifestó el arquitecto, José Salines, según documentos del historiador de Xàbia, Juan Bautista Codina.
Sin duda, si no se hubiese paralizado esta acción, la imagen a ras de la playa del Arenal hubiera estado invadida de grandes columnas de edificios. Las 10 torres, de las que se dice, están las cimentaciones hechas, hubieran cambiado la actual esencia de Xàbia.
Dar luz verde a la rebaja y limitación de las alturas de los edificios de la localidad, siendo la normativa de un máximo de 5 plantas -4 pisos más ático- sin contar garaje o local comercial y según zona, hizo a Xàbia tener un crecimiento horizontal y guardar la esencia tradicional de pueblo, de ahí que se mantenga en el actual el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU).
A la proyección de la construcción de las 10 torres, en primera línea del Arenal, se paso a darles un uso comercial, de ahí, que las 10 manzanas existentes en la actualidad sólo se puedan albergar locales comerciales y no construir nueva altura.
Pero hasta que llegó este hecho, varias son las estructuras que «ensucian», desde fuera, esa imagen típica de Xàbia. Sin duda, los sky-line existentes en la localidad ofrecen espectaculares vistas a su bahía y paisaje, pero, de no haberse parado, ¿hasta que altura se hubiese llegado para intentar siempre ver el mar?
En la actualidad, Xàbia cuenta con tres grandes edificaciones que superan el límite de altura siendo de 9, 10 y 13 plantas, respectivamente y conocidas como las tres torres: Torre del Castillo, Torre del Montañar y Torre del Puerto, que por supuesto, fueron construidas antes de la reglada normativa de los años 70.
Ubicada en la playa del Arenal y con 13 plantas, se convierte en la edificación más alta del municipio. Su construcción tiene historia ya que su nombre viene dado porque donde se alza la gran finca había construido un castillo, el cual fue destruido para realizar este rascacielos.
Esta alta finca, de 10 plantas, más el local comercial, se ubica en el puerto de Xàbia, frente a la Playa de la Grava.
Este edificio supera también la altura permitida en Xàbia. La Torre del Montañar tiene 9 plantas y se ubica en el Primer Montañar, a primera línea del mar.
Si echamos un vistazo ahora a la segunda línea de playa o zonas más adentradas de los cascos urbanos nos encontramos con otras edificaciones, realizadas posteriormente a las normativa del 70 y que también están fuera de la ordenación urbanística.
En la segunda línea de la playa del Arenal y a pocos metros de la Torre del Castillo podemos observar dos edificaciones de entre 6 y 7 alturas.
Asimismo, si nos alejamos apenas, unos 200 metros del Arenal, encontramos la urbanización Jávea Park. Una construcción de los años 70-80 que alcanza también las 7 alturas.
Claro está que desde 1970, Xàbia no ha parado de crecer urbanísticamente. El boom de la construcción se hizo notar en esta zona del Mediterráneo. El ‘exceso’ de superficie hizo crecer en horizontal la localidad, situando las viviendas de forma diseminada, ocupando más territorio, pero evitando las grandes torres y la masificación, frente al mar, de ahí que:
Sin duda, Xàbia tiene marcado su estilo urbanístico en las cuatro zonas en las que se divide el municipio. La dispersión de viviendas o edificios bajos y casas unifamiliares son el estilo de esta localidad. Y aunque parezca que vivir en un rascacielos está de moda, no a todos les gusta este modelo de ciudad, pese a que, en ocasiones, buscan el mejor rincón del litoral para construir su casa con vistas al mar.