Desde el inicio de la temporada, al menos en Xàbia, se conciencia a entrenadores y familias a que los niños deben de disfrutar del deporte. Nada de violencia, de insultos y agresividad. Pero este episodio que se intenta evitar sucedió en la mañana de ayer sábado en el campo de Les Mesquides.
Eran las 9:15 horas cuando se iniciaba el partido de benjamines (niños de 8 años). Jugaba el equipo del Club La Marina contra el Altea. En la primera parte del juego, que apenas dura 12 minutos, los insultos y amenazas graves de los familiares de los visitantes hacia el árbitro eran continuos.
El entrenador local pide mantener la calma y educación. «Los niños no debían de oír esas barbaridades», indica una madre, quien añade que se creó un gran episodio de nerviosismo y tensión en el campo.
Acabada la primera parte e iniciada la segunda, las groserías, insultos y amenazas de muerte continúan. Aunque en principio van hacia el árbitro, éstas van más allá y los familiares visitantes empiezan a dirigirse a algunos de los pequeños jugadores.
De nuevo, el entrenador local pide al árbitro parar el juego. Petición que omite debido a que hay más partidos que jugar durante el día. Ante este hecho y observar que los padres de los visitantes continúan con violencia e insultos subidos de tono, pide al segundo entrenador que llame a la policía local.
Los agentes municipales acuden al campo de futbol para paliar la situación y evitar que el triste episodio pueda ir a más. Los policías solicitan documentación a los que iniciaron este lamentable episodio de prepotencia e incitación a la violencia.
El partido acabó sin incidentes, pero con amenazas para el partido de vuelta. Una situación que ha creado inseguridad a los familiares de los jugadores de Xàbia. Y es que, hay que tener presente el lema de ‘No a la violencia en el fútbol base’, los padres deben ser el referente, y los insultos a árbitros o rivales no es el ejemplo a seguir.