Las historias de miedo son un clásico entre los jóvenes y adolescentes. Durante estos días, previos a la celebración de Todos los Santos, cobran importancia esas leyendas urbanas.
En la actualidad, la fiesta divertida de esta celebración religiosa que rinde homenaje a los difuntos, se llama Halloween, donde los personajes más terroríficos de las películas americanas o los momentos más sangrientos son los que intimidan y toman protagonismo.
Pero si echamos la vista atrás, en nuestros antepasados y en nuestra población, ya existían esos monstruos. Esas historias de miedo que se contaban a oscuras o con la luz de una sola linterna tenían protagonistas valencianos y ocurrían en escenarios de nuestro entorno.
Este año, la fiesta de Halloween en Xàbia ha tenido influencia valenciana recordando a la Bubota, de ahí, el Bubotafest. Y para no perder las raíces recordamos al imaginario monstruo o mejor dicho, criatura inquietante de Xàbia, la Mare dels Peixos. Una historia que transcendía en la Cala de la Granadella.
La leyenda cuenta en la rondalla homónima de Enric Valor que se trata de una larga serpiente de mar y de llamativos colores que tenía tres cabezas con dos grandes ojos cada una pero un solo cuerpo que finalizaba con dos colas. Sin duda, la descripción hace imaginar a un ser terrorífico. De hecho, la Mare dels Peixos entorpecía el trabajo de los pescadores y hablaba con las personas.
Pero, no sólo la imagen exterior es lo que vale. Resulta que detrás de ese horroroso aspecto de la Mare dels Peixos existía una mujer buena y protectora que hacía cambiar la vida de las personas.
La historia de Valor narra la vida de Jaume, un pescador vecino de Dénia que no ha conseguido cumplir sus sueños. Un día, tras soñar con un hada madrina, sale al mar y tras pasar el Cabo de San Antonio y llegar a la Granadella, echa sus redes y al subir la captura se le aparece un extraño pez. Era la Mare dels Peixos, quien le pide un favor: «No te asustes, no te haré daño, aunque tú a mi si», le dice la Mare dels Peixos.
Jaume, sorprendido, y con intención de no matarla, escucha sus plegarias. La Mare dels Peixos había llegado para darle suerte. Le pidió cortar sus cabezas, el cuerpo y las colas. El cuerpo debía tirarlo al mar, pero las cabezas debían ser comidas por su mujer, la perra y la yegua. Las colas debían ser plantadas en el huerto de su casa.
Parecía que con estas órdenes la vida de Jaume y su mujer cambiaría. Y efectivamente, les llegó la salvación. Al tiempo, Jaume y su mujer que no habían conseguido tener descendencia, tuvieron dos hijos gemelos, al igual que sus animales y en el huerto crecieron dos espadas. El sueño de Jaume se cumplía, pero un buen día, uno de los hijos decide emprender un nuevo camino. No quiere seguir siendo pescador. Quiere recorrer la Comunitat en busca de una nueva vida, toma una espada, un caballo y un perro e inicia su viaje. Fue una aventura llena de dificultades pero que gracias a la espada mágica, le llevaron a tener bienestar, casándose con la hija del Duque de Onil.