Cuántas veces has escuchado ‘el mar todo lo cura’. En el mar puedes descubrir que hay tesoros diminutos; puedes recibir el mejor abrazo del mundo o puedes hacer un viaje por territorios sorprendentes. También es el encargado de poner en movimiento todos los sistemas que hacen de nuestro planeta un lugar habitable para el ser humano: la lluvia, el agua potable, el tiempo, el clima, los litorales. Gran parte de nuestra gastronomía e incluso, el oxígeno del aire que respiramos, los proporciona y regula el mar. Sin embargo, en la actualidad, existe una enorme malograda de las aguas saladas a causa de la contaminación y a la acidificación de los océanos. Pero, ¿quién tiene cura del mar? ¿Quién se encarga de esto? Proteger este recurso mundial esencial es una característica clave de un futuro sostenible. Es por eso que preservar nuestros mares y nuestros océanos tiene que ser una prioridad.
Así pues, el alumnado de primer ciclo de primaria del CEIP Port de Xàbia ha estado todo un trimestre adentrándose en el proyecto ‘Donde empieza y acaba el mar’, uno el reto de investigación que tenía como objetivo tomar conciencia de los efectos de la contaminación en mares y océanos y responder al ODS número 14 (conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos).
Todo empezó con una placa diseñada por Toni Marí situada en un imbornal del colegio, la cual forma parte de la campaña local llamada ‘No llances res, la mar comença aquí’, la cual nos sirvió de provocación inicial para plantear en qué lugar empieza y acaba el mar; qué partes tiene el mar; qué seres lo habitan; qué acciones humanas afectan la biodiversidad marina o qué mujeres han dedicado su vida a investigar y mejorar las aguas.
En estudio de este proyecto, los alumnos visitaron salvamento marítimo para ver aquellos que se dedican a rescatar cuando hay un problema y Amadeu Ros les acompañó durante una visita por la lonja.
Además, inspirados e inspiradas, por el artista Courtney Mattison, elaboraron una instalación artística con el fin de sensibilizar la comunidad educativa.
Pero la cosa no quedó aquí y, como dicen, querer es poder. Por propia iniciativa del alumnado se hizo un listado de actividades que podían hacerse para salvar el mar, concretamente un decálogo donde había propuestas de sentido común, como por ejemplo; no echar plásticos en la playa ni cerca de ella; ir a comprar en bolsas de tela; poner
contenedores de plástico cerca de las playas o evitar regalar juguetes de plástico para jugar a las piedras o la arena. La idea era poner carteles en las zonas costeras. Pero fue en ese momento, cuando los pequeños de 7 y 8 años hicieron evidente, aquello que muchos mayores pensamos: de nada sirve hacer normas si los adultos no las cumplen.
Carta al Rey de España
Así que, con mucha valentía, decidieron escribir a las autoridades, a aquellas figuras de poder que, en los ojos de una persona de corta edad son las únicas que consiguen la población haga caso. Entonces redactaron una carta para S.M. Felipe VI Rey de España; Rosa Cardona (alcaldesa de Xàbia); a Papá Noel y a los Reyes Magos de Oriente.
Todavía más, aprovechando que la familia Soler Miralles iban a visitar Madrid, los escolares decidieron que Pau sería el encargado de depositar su carta en el buzón más próximo del Palacio de la Zarzuela, «así seguro que el Rey nos haría caso». Y sorpresa, mes y medio después ha llegado a la escuela la respuesta desde la Casa Real.
Es apreciable que de este proyecto se extraen muchos aprendizajes, pero la auténtica magia se acontece cuando personas de corta edad tienen ideas maravillosas para mejorar el mundo, encuentren la manera de hacerlo y descubren que se puede conseguir.
Pues qué majo el Rey de España.
Ojalá pueda influir en las consciencias de tanto inconsciente con algún cargo, ojalá la gente entienda que hay que cuidar la Costa y el Mar.